jueves, 2 de junio de 2011

Eras la unica excusa que me quedaba.

  Siempre dije que lo dejaría algún día, cuando yo quisiese, cuando consiguiese reunir la suficiente fuerza para enfrentarme de nuevo al mundo sola. Pero creo que con el tiempo sólo deseé olvidarlo, olvidar mi vida, y olvidarme a mí. Durante meses me refugié del exterior con excusas estúpidas, mentiras que ni yo misma me terminaba de tragar, pero que me hacían sentir bien porque me liberaban de los problemas. Perdí a toda persona cercana, las alejé, y por cada una que se iba una sobredosis ganaba. Herí a otros, otros que me querían, seguramente más de lo que me quise yo, y me herí a mí, a mí que soy la única persona de la que me puedo valer, la única que estará haga lo que haga, la única a la que no debo dañar. Me quedé sola. Ya no podía destruir a nadie más, porque no existía nadie a mi alrededor. Los espantaba, como un enfermo a la sociedad, como los perros a la gente sin alma. Así que salí a buscar lo poco que quedara de mí entre las alcantarillas y encontré mi mente,en el fondo de los cortes que surcaban mi piel, y encontré el sentir, en él, que lo guardó hasta el día en que volviese para que yo no pudiera romperlo.

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