viernes, 27 de mayo de 2011

Nosotros no creemos, no necesitamos creer.

La lluvia repiqueteaba en el alfeizar. Lo hacía de forma inconstante, a veces rápido y a veces muy lento, como un goteo. Alguna de esas lágrimas cayó lo suficientemente fuerte para despertarme del letargo en mitad de la madrugada. Miré el techo, iluminado por las luces discontinuas que dejaba entrever la persiana. Podía vislumbrar, sin moverme, el contorno del armario, el espejo, la estantería. La esquina superior de un ejemplar de Grandes Esperanzas, la novela de Charles Dickens que me regalaste la Navidad pasada.
No quería girarme. No lo necesitaba. Podía imaginar con todo detalle el recorrido que hacía el oxígeno desde que lo inspirabas hasta los pulmones y de vuelta, el dióxido de carbono subía por la traquea para escaparse de tus labios, en un vaivén silencioso y apacible. Pensaba en el brillo de las comisuras, en los párpados temblando bajo las direcciones de un sueño tranquilo, tus dedos largos apoyados sobre mi vientre. Era feliz de haber matado el ver para creer, de haber ido mucho más lejos: hasta la certeza.
Los únicos movimientos que se producía en la estancia era mi pestañeo inconsciente y el latido unísono de dos corazones enamorados.

jueves, 26 de mayo de 2011

Querido destino.

 
Tengo algo que contarte.
Hace días que no me dejas dormir, que mi corazón se para por momentos para después volver a un frenético palpitar que me tiene toda la noche en vela. Sé que tienes las respuestas a todas mis preguntas. Y también sé, que no me las desvelarás. Voy a hacer el mayor esfuerzo de mi vida, que la dialéctica no es mi fuerte pero sí lo es el muro que protegen mis sentimientos. Voy a romperlo para ti, voy a dejar que fluyan en este mensaje que después lanzaré al mar en una botella, para que alguien lo encuentre y sueñe como hago yo.
Tal vez sea demasiado romántica, tal vez caiga en el círculo vicioso de estar enamorada continuamente del amor, pero créeme esta vez es diferente. Esta vez no son sólo suspiros lo que se lleva el viento, es todo mi oxígeno el que él me roba al pasar con la devastadora potencia de un huracán.
El mundo se detiene, no el tiempo, sino el mundo. Las personas se vuelven espectros, los animales se quedan estáticos y en mi mirada sólo hay lugar para ti y lo que sea que estés haciendo. Te veo caminar, te veo hablando con la demás gente, sonriendo, existiendo y me invade el deseo de existir para él en la misma medida que él lo hace para mí.

domingo, 22 de mayo de 2011

El tiempo ha sucumbido a nuestro poder.

El mundo se nos está quedando pequeño. Tengo la extraña sensación de que no me bastan ciudades, campos, ríos y playas. Que hemos arrasado con todo más de dos y tres veces. Estamos barriendo el espacio, expandiéndonos, evolucionando. Podría decir que estamos dejando de ser humanos. Nuestro amor nos cambia y al contrario que la naturaleza, no nos marchita. Últimamente ha estado creciendo de forma desproporcionada. El año pasado ya no nos cabía en el pecho. A mí se me escapa por los poros de la piel cada vez que transpiro, cada vez que vivo. Pero a ti, corazón, te delatan esas oleadas que desprenden tus pupilas al mirarme. También en los latidos, te desbordas por mi tanto como yo lo hago. Pero hay que reconocerlo, se nos ha ido de las manos. Este año no sólo se nos escapa del cuerpo, está en el ambiente, en los kilómetros, en la capa de Ozono. Sabes bien que jamás he estado en las antípodas, pero estoy segura de que ahora mismo todo aquello está cubierto por nuestro amor.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Will you be there when the sun goes down?

No sé si nos queda mucho tiempo pero hoy debía decir que me he dado cuenta de que todo lo que haces es bello. Y que adoro tu forma de latir, tan rápida y desesperada como si temieras que el sol se acostara a dormir antes de que tú me hayas dado el último beso.

martes, 10 de mayo de 2011

Callarse es pecado capital.

 
Te prometo que seré capaz de malgastar todas las mañanas del mundo repasando con mis dedos tu vientre, que me haré adicta al insomnio para poder contemplarte cada noche respirar, que sólo quiero conocer el mundo a través de tus ojos, que sino no merece la pena. Te prometo que te esperaré cada noche en una azotea con una manta y un colchón, que emigraré a tus costillas si así puedo estar contigo cada día, que alquilaré el viento, ése que te queda tan bien, para que me sientas en otoño y desees volver a mi pecho. Te prometo que aunque maten de frío no habrá paredes suficientes que le hagan a mi espalda querer separarse de tus omoplatos, que mis manos medirán la mitad si no las completan tus dedos y que sólo habrá sonrisas al despertar si tus pies se enrollan entre mis piernas. Te prometo que engañaré a los putos kilómetros que se instalan a veces entre los dos y los volveré segundos que aniquilen cualquier tipo de distancia, que encontraré la forma de salir de la habitación sin hacer ruido y así pueda despertarte el olor del desayuno, que no sólo te llevaré tortitas los fines de semana, sino todos los días que tú quieras llenar mi cama.

domingo, 8 de mayo de 2011

Te odio, y de que manera..

 
 Me afecta. ¿Qué quieres que te diga?  Me afecta que seas de ésa manera. Tan especial. Me afecta que me guste tu mente, tu forma de pensar. Me afecta que hables y me sienta reconocida en tí. Me afecta tu forma de vivir. Porque aveces es la mía, quizás. Me afecta verte sonreír. Me afecta creer en tí. Me afecta entender que me afecte. Me jodes. Y de qué manera... Me jodes cuando me miras, cuando siento que del mundo me aislas. Me jodes cuando me escuchas, porque prestas atención, me gusta. Me jodes al besarme, porque creo morir en tus labios segundos más tarde. Me jodes al abrazarme, porque me siento protegida, sensación no vivida. Me jodes sin más. Por tenerte a mi lado será. Pero me gusta estar jodida. Lo llevo en la sangre, desde niña... Me gusta sentirme así. Tranquila, de que estés ahí. No busco nada más. Tenerte a mi lado quizás. De la manera en la que estamos también. Es importante, lo sé. Para mí, para tí, para los dos. Demasiados debates desde la razón. No dejes de existir para mí. Ya te dije yo a tí que no. Sigue jodiéndome, eso sí. Sabes que va con mi forma de vivir. De sentir. De sufrir. De gozar. De morir. Morir cada día un poco más. Morir de sensaciones quizás. De debates internos. De inseguridad.

sábado, 7 de mayo de 2011

She broke his own heart.


And i've always lived like this, keeping a comfortable, distance and up until now I had sworn to myself that i was content with loneliness. Cos none of it was ever worth the risk, but
You are, the only exception.

jueves, 5 de mayo de 2011

Despertar en ti cada mañana.

Si pudiera elegir, eligiría morir en una carcajada tuya. Eligiría ser la nave espacial que me llevara a tu cama, las pilas del contabilizador de tus latidos, el chocolate que se quede en la comisura de mis labios para que con tu lengua te lo llevaras. Elegiría ser tus guantes, para coserme con tus manos y no soltarlas jamás; eligiría ser tu lengua, para no salir de tu boca en ningún momento; eligiría ser tus legañas, para despertar en ti cada mañana, eligiría ser tu piel, para no irme nunca de ti. Si pudiera elegir, eligiría dormir cada noche en tu ombligo mientras a oscuras escuchamos cómo se inunda la ciudad, eligiría dibujar corazones por tu vientre con las yemas de mis dedos mientras tú duermes y yo te miro y siento cómo el amor va pellizcando mi alma. Y pudiendo elegir, elijo ser sólo contigo y regalarte piruletas cada noche, elijo ser tuya a través de palabras en miradas y de miradas en palabras, elijo no tener sed si tu saliva está cerca y hacer desaparecer mi hambre al nutrirme con tus caricias, elijo amarte todos los segundos que me resten.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Empieza por infi y acaba por nito.


Mess up my bed with me.
Kick off the covers I’m waiting.
Every word you say I think I should write down.
Don’t want to forget come daylight.

Eres la mejor metáfora del tiempo.


Desperté entre mariposas y telarañas. Había tenido una pesadilla bastante agradable, para las que solía padecer. El sol se colaba suave entre las sábanas blancas mientras los bostezos se me comían a bocados pequeñitos las entrañas. Era una mañana deliciosa. Con aroma a lluvia reseca y a flores lagrimosas.
Cerré los ojos e imaginé la suave brisa salada del océano llegaba desde la autovía para jugar entre las yemas de mis dedos y los mechones de mi pelo. Imaginé que una estrella entraba por la ventana y me guiñaba un ojo. Imaginé que nunca había llorado, que aquella mañana fresca y húmeda era mi rutina diaria. Por un momento, dejé de ser yo misma para sentirme John Lennon gritándole al mundo esperanza.
Después abrí los ojos de nuevo ¡y ahí estabas! Tu sonrisa inundaba la habitación y ya no necesitaba de los rayos de sol para despertarme por completo. Los cuentos ya no me servían, las pesadillas no me retuvieron. La realidad se aclamaba con un golpe de estado en mi corazón. Y yo, ante tanto remolino de verdades, me entregué.
La realidad de dejar que me ames, de amarte con todo mi ser.

martes, 3 de mayo de 2011

Que la dignidad, el coraje y el orgullo ya no están, que desaparecen cada vez que lo ves llegar.


Me conoces tanto y tan bien que podrías contestar tú a las preguntas más importantes de mi vida y sabrías las respuestas. Preguntas como, quién soy, qué quiero, dónde estaré dentro de diez años…
Y nunca te equivocarías. Como yo no me equivoco al decir que eres tú y que siempre serás tú. Al fin y al cabo, siempre lo has sido y que hayamos tardado más o menos en darnos cuenta, no significa nada. Porque lo importante, es que desde el principio ya habíamos ganado.

domingo, 1 de mayo de 2011

Amor tiene más resultados que miedo.



Miedo al futuro. A ser mayor. A crecer. A irte lejos. A no volver. A perder a tus amigos. A no volverlos a ver. Miedo no ver sus sonrisas, que un día eran la única razón por la que tú sonreías. A que llegue ese día en el que tengas que elegir que quieres ser, y tomar el camino correcto. Miedo a no encajar. A desaparecer sin más. A perderte y no encontrarte. Miedo a que me olvides. Que te canses o te aburras de siempre lo mismo. Miedo a caer. A no saber levantarme después. Miedo a no ser tu misma. A despertarte y ver que nada es igual. Que todo cambió en milésimas de segundos y no te diste cuenta. Miedo a los errores. Irrebersibles. A que te marches. A que me marche. Miedo al rechazo. A ver como pasan todos a tu alrededor, sin ni siquiera girarse. Ser invisible.