domingo, 22 de mayo de 2011

El tiempo ha sucumbido a nuestro poder.

El mundo se nos está quedando pequeño. Tengo la extraña sensación de que no me bastan ciudades, campos, ríos y playas. Que hemos arrasado con todo más de dos y tres veces. Estamos barriendo el espacio, expandiéndonos, evolucionando. Podría decir que estamos dejando de ser humanos. Nuestro amor nos cambia y al contrario que la naturaleza, no nos marchita. Últimamente ha estado creciendo de forma desproporcionada. El año pasado ya no nos cabía en el pecho. A mí se me escapa por los poros de la piel cada vez que transpiro, cada vez que vivo. Pero a ti, corazón, te delatan esas oleadas que desprenden tus pupilas al mirarme. También en los latidos, te desbordas por mi tanto como yo lo hago. Pero hay que reconocerlo, se nos ha ido de las manos. Este año no sólo se nos escapa del cuerpo, está en el ambiente, en los kilómetros, en la capa de Ozono. Sabes bien que jamás he estado en las antípodas, pero estoy segura de que ahora mismo todo aquello está cubierto por nuestro amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario